Históricamente la frontera Norte de Santander (Colombia)/Estado Táchira (Venezuela) ha sido un espacio de cruces, de manifestaciones de poder, de intercambio económico y comercial e incluso de formas cruentas de violencia, pero más allá de todo eso, también ha sido un horizonte de vida posible para las familias que día a día ponen en marcha estrategias de reproducción social, de cuidado y de protección de la vida de sus miembros. Sin embargo, tras la toma de decisiones adversas para la población por parte de los Estados, estas prácticas cotidianas de habitabilidad transfronteriza se vieron trastocadas en mayor o menor medida debido a dinámicas de cierres (totales y parciales) y aperturas (totales y parciales) de los pasos formales que las personas acostumbraban a usar para resolver el día a día. Esta tesis busca analizar y comprender cómo a pesar de todo ello la reproducción social familiar se configuró y se sostuvo, y, a la vez, registrar rupturas y discontinuidades en las estrategias diseñadas y ejecutadas para defender lo fundamental: la vida y la posibilidad de un presente ojalá más próspero para sus miembros.
Para darle cumplimiento a este propósito, se diseñó una estrategia metodológica de corte cualitativo en la que prevalecieron las narrativas y a las interpretaciones que las comunidades fronterizas hacen de sus contextos y de sus experiencias. Se llevaron a cabo entrevistas a familias con distintas trayectorias de movilidad en la frontera y ejercicios de observación no participante en puntos clave para la circularidad de personas y mercancías en el ámbito territorial. Los principales resultados dan cuenta de que las familias son actores clave en la vivencia y en la producción de lo transfronterizo, pues debido a sus prácticas, decisiones y disposición de recursos para la reproducción de lo social y de lo cotidiano generan lógicas de consolidación de una vida que supera las demarcaciones limítrofes de los Estados, lo cual a su vez se encuentra en una relación dialéctica con los artificios simbólicos a partir de los cuales las fronteras sienta unas bases de identificación de un “aquí” y un “allá” o de un “ellos” y un “nosotros”, que complejiza las formas de habitabilidad y de convivencia.
Historically, the Norte de Santander (Colombia)/Estado Táchira (Venezuela) border has been a space of crossings, manifestations of power, economic and commercial exchange and even bloody forms of violence, but beyond all that, it has also been a possible horizon of life for families that day by day implement strategies of social reproduction, care and protection of the lives of its members. However, after adverse decisions were taken by the States, these daily practices of cross-border habitability were disrupted in many ways due to dynamics of closures (total and partial) and openings (total and partial) of the formal steps that people used to use to solve their daily lives. This thesis seeks to analyze and understand how, in spite of all this, family social reproduction was configured and sustained, and, at the same time, to register ruptures and discontinuities in the strategies designed and executed to defend what is fundamental: life and the possibility of a hopefully more prosperous present for its members.
In order to fulfill this purpose, a qualitative methodological strategy was designed to give prevalence to the narratives and interpretations that border communities make of their contexts and experiences. Interviews were conducted with families with different mobility trajectories along the border and non-participant observation exercises were carried out at key points for the circulation of people and goods in the territorial area. The main results show that families are key actors in the experience and production of the cross-border, since their practices, decisions and resources for the reproduction of social and daily life generate logics for the consolidation of a life that goes beyond the border demarcations of the States, This, in turn, is in a dialectical relationship with the symbolic artifices through which borders establish the basis for the identification of a “here” and a “there” or a “them” and an “us”, which complicates the forms of habitability and coexistence.