El creciente interés por explicar las causas y consecuencias de la migración conjuntamente con la creciente relevancia que toma el fenómeno dentro de la dinámica demográfica del país, han orillado a los estudiosos de diversas disciplinas a tomar en cuenta variables de tipo cultural para llegar a un mejor entendimiento del fenómeno migratorio. De igual manera, el descubrimiento, relativamente reciente, del desconocimiento de las condiciones de vida y el escaso acceso a oportunidades por parte de la población indígena, han llevado a retomar el estudio de la población indígena desde diferentes disciplinas. Una de ellas es la demográfica, en la cual todavía existe mucho camino por recorrer.
Los trabajos sociales y demográficos realizados en torno a la población indígena, apuntan a que ellos crean sus propias estrategias de vida y sobrevivencia dentro de las cuales la migración es un recurso a través del cual se puede obtener, entre otras cosas, un trabajo, un ingreso o el respecto de los miembros de su familia o comunidad, pero que a su vez transforma si identidad indígena.
El presente trabajo, a través de la muestra del XII Censo General de Población y Vivienda 2000, aporta la estimación de la magnitud que tiene la migración en el interior del país entre 1995 y 2000 de 27 regiones indígenas identificadas como tales por el Instituto Nacional Indigenista (INI). Esta migración varía de una región a otra, de manera que se identifican tanto regiones que, en términos netos, tienen fuertes salidas de población (como es el caso de las regiones Popoloca-náhuatl y la Náhuatl de las Costas de Michoacán) como algunas otras que tienen ganancias netas de población considerables (como es el caso de la Península de Yucatán, pasando por aquellas como la región de la Mesera Purépecha en que aparentemente la tasa neta migratoria es nula pero que detrás de ella se encuentran una serie de movimientos tanto de llegada como de salida a la región que se compensan y no se ven reflejadas en la estimación hecha.
De igual manera, se aporta la identificación de los principales puntos de origen y destino de los indígenas mexicanos, entre los cuales se destacan las ciudades del norte del país, la Península de Yucatán (por el gran atractivo que ofrece el centro turístico de Cancún), el Distrito Federal y su zona conurbada, sin que la ubicación geográfica de la región indígena haga diferencias significativas en los lugares que sus habitantes prefieren como destino, o bien que sus inmigrantes tienen como origen (a los cuales habría que agregar el país vecino del norte) y que por lo general se encuentran en edades laborales.
Al interior de la regiones indígenas, también es clara la existencia del fenómeno migratorio, es decir, que sus habitantes, principalmente mujeres, cambien su residencia de un municipio a otro dentro de la propia región, teniendo como consecuencia la concentración de población en ciertos municipios, que en su mayoría tienen la característica de ser lo que ofrecen mejores condiciones de vida y oportunidad de empleo.
Como ya bien se dijo, nos hemos basado en la muestra que se genera a partir del Cuestionario Ampliado del XII Censo General de Población y Vivienda 2000. Y la definición de población indígena parte del criterio comunitario proporcionado por el INI a través de las regiones indígenas por él identificadas.